martes, 24 de mayo de 2011

C.S.I. Las Vegas, descifrando las claves del éxito


Crime Scene Investigators: Las Vegas, es sin duda un ejemplo de cómo se realiza un éxito en la televisión de ficción. Actualmente finalizando la onceava temporada en los Estados Unidos, esta serie cuenta con dos spin-offs (C.S.I. Miami y C.S.I. New York), varios juegos interactivos, más de 250 capítulos y muchos más casos resueltos, es un ejemplo al cual otras series televisivas policiales intentan imitar.

La saga, creada por Anthony Zuiker, trata sobre un grupo de detectives forenses que analizan las escenas de crímenes en busca de pistas que permitan encontrar al perpetrador de un asesinato u otro delito.

La originalidad de la trama, en un momento en el que nadie había pensado en utilizar ese concepto para una ficción, sumado a datos científicos, y un elenco de muy buen nivel, llevaron a C.S.I. Las Vegas, no solo a ser una de las series más vistas en los Estados Unidos y el mundo, con 74 millones de seguidores en todo el mundo, sino que también fue premiada como la serie dramática más popular del 2009-2010 en el Festival de Televisión de Monte-Carlo.



Durante todas las temporadas en las que fue emitida, C.S.I. contó con la visita de personalidades que quisieron dejar su marca en la historia del programa, entre ellos, se puede destacar a los actores Zachary Quinto, Taylor Nichols, Danny Bonaduce, Frank Gorshin, las actrices Chandra West, Faye Dunway, Jessica Collins, o incluso durante la temporada 11, al cantante Justin Bieber como miembro de una banda de asesinos. O incluso con la dirección de personajes como el gran Quentin Tarantino, que dirigió los últimos capítulos de la temporada cinco.

Lo que nos enseñó esta serie es el hecho de que cualquier pista, por más minúscula que sea, puede ser la causante de que seas atrapado (siempre y cuando tengan la tecnología disponible en los Estados Unidos). Muchos de los casos en C.S.I. Las Vegas son resueltos gracias a un pelo encontrado debajo del cadáver, una pestaña que se le cayó al asesino/a, la compra del arma asesina en un supermercado con una tarjeta de crédito, o en casos muy extraños, por una gota de sudor, sangre o una simple huella de un zapato.

Durante la serie, los capítulos siempre fueron, en su mayoría, inventados por los guionistas, pero sin embargo, a lo largo de los años, verdaderas historias de asesinatos llegaron a la pantalla, como el caso del capitulo 21 de la segunda temporada, en el que un auto choca a un peatón, y el conductor vuelve a su casa con el cuerpo de la víctima incrustado en el lado del acompañante, que ocurrió en la vida real en la ciudad de Texas.

Pero sin lugar a dudas, uno de los casos reales más increíbles y conocidos es el del penúltimo capítulo de la séptima temporada, donde llevan a la pantalla la vida de Robert Pickton, un granjero canadiense condenado a cadena perpetua en el 2002 por asesinar prostitutas y dárselas de comer a los chanchos de su granja.

C.S.I. es sin duda, una serie que impulsó en los televidentes, algo que podríamos llamar un síndrome “Holmesiano”, el deseo de resolver casos y estudiar criminología, suponiendo que la vida de un detective es como se la relata en la ficción, cuando no es así el 90 por ciento de las veces.

Lo que si creo que muchos aprendieron viendo C.S.I. es que por más que intentes realizar un crimen sin ser capturado, tus chances de éxito son relativamente bajas, ya que siempre, y eso se puede ver en cada caso que resuelven en la serie, los detectives encontrarán una pequeña evidencia que será tu ruina, ya sea una simple gota de sangre, un pelo que se te cayó en el momento, una huella digital que dejaste sin darte cuenta, o simplemente, un cigarrillo que fumaste antes de cometer el delito. Así que si sos un criminal, dormí con un ojo abierto, Grissom, Catherine, Nick y todos los detectives de C.S.I. están mirándote, no cometas un error, porque lo van a encontrar.

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